Cada maña era como estar en el mar
y sentir el sol y la arena en la piel
las ganas de bailar loca
con el murmullo de tus sones...
Ahora el mar son solo olas gigantes que azotan mi pecho
desde un sitio muy profundo
solo a ti puedo hablar sin palabras
y sabrías de ese bosque y su aroma
de la tierra que abrazó toda esta muerte,
y en ese silencio muy nuestro
con tus manos en mi pelo
sumergido en mi
nos sabríamos vivos,
sólo tú, sólo tú silencio.
Ahora espero el día que encuentre de nuevo tus ojos luminosos
tu sonrisa coqueta y tramposa
el día que pueda darte un abrazo y un beso,
pero llegará abuela y vendrás por mi
y nos iremos a la luna
y seduciremos al mar a lo lejos
y la tierra nos llamará de vuelta
y nosotras reiremos a todo el universo.
La vida en el capital no es tridimensional
tiene un solo plano que lo es todo
y yo me miro a veces atrapada
como una círculo que rebota en una pantalla,
hasta que logro lanzar una telaraña
y me descuelgo a otro espacio y navego en el tiempo
y soy una mujer de barro con vientre enorme
y en mi vagina está el universo
Aveces soy antimateria y no hay más luz en mi
hasta que sonrío y me lanzo en la cuerda floja
para arriesgarme a llegar a tus brazos y disfrutar un beso.
Hija de Chalchiuhtlicue mi cuerpo es agua.
Recuerdo los atardeceres en pie de la cuesta
la gente sentada mirando
la lenta danza butoh del sol
el cielo ácido que cambia de humores
y el equilibrio inestable de las cavidades húmedas del cuerpo
con la brisa,
movimiento azarozo que el calor provoca.
Miro el monte poblado y verde
ahí viene le sol viajero
lanzando sus primeros abrazos
por un rato parece todo lento
este sol despertando!
hasta que la piel quema
Amo esta tierra intensa llena de luz!
Decirte en este momento Mara,
es decir también dolor,
tristeza infintia,
imposibilidad.
Tu nombre despierta
los demonios ocultos y
la opresión,
conocer tu nombre, cuando hay tantos,
fue cruzado por la clase,
conocer tu última noche
señala tu vida
por aquellos que no pueden recnocer
que cualquier vida debe ser respetada.
Pero no hay culpa alguna en tu vida,
y desearía que tu risa sonara de nuevo en la noche
y celebraras.
Ese hombre decidió que podía acabar contigo
por qué?
Solo porque podía tal vez,
porque en este ciudad, en este país, esto se puede.
Así que decirte ahora Mara,
también es decir injusticia
y nombrar nuestra rabia.
Mara, ahora tu vives en el río
y tu risa resuena entre las ojas verdes.
Nosotras, aquí, te honraremos
para que nunca tengamos que decir
Mara en el vacío
Y en dónde está Claudia Carolina Romero Acatécatl y Saraí ávila Arellano, y Karla, Paulina, Olga Nayeli, Samaí, Nohemí, Isarve y las 249 cuyos nombres deben ser nombrados